Síntomas de migraña

La migraña es un síndrome de dolor de cabeza con un origen neurovascular complejo. Sus síntomas la distinguen de la cefalea y el tratamiento incluye la mejora de la alimentación.

La migraña es una afección neurovascular compleja y es la causa más frecuente de dolor de cabeza recurrente de intensidad moderada a intensa. Los episodios de dolor de cabeza van acompañados, entre otras cosas, de náuseas, vómitos y una gran sensibilidad a la luz y/o al sonido.

Los estudios demuestran que es un trastorno con carácter hereditario, cuya prevalencia varía según el sexo. Aproximadamente el 10 % de la población mundial padece migrañas, pero es más frecuente en las mujeres que los hombres. Por ejemplo, en Europa un 17 % de las mujeres padece de migraña con ataques discapacitantes graves, en comparación con el 8 % de los hombres.

Síntomas: cómo distinguir la migraña de la cefalea

La migraña difiere de un simple dolor de cabeza (cefalea) ocasional ya que es una afección neurológica crónica y de origen genética, aunque no en todos los casos.

Sus síntomas suelen durar 4 a 72 h y pueden ser de moderados a intensos.

El dolor a menudo es fuerte, unilateral (en un solo lado de la cabeza), pulsátil, empeora con el ejercicio y está acompañado por otros síntomas vegetativos como náuseas, vómitos,  sensibilidad a la luz (fotofobia) y/o al sonido (fonofobia) y/o a los olores. Un tercio de los pacientes que sufren migrañas experimenta un aura antes del dolor de cabeza. Un aura es un fenómeno conocido como migrañas oculares, en el que las personas ven manchas, a veces acompañadas de, por ejemplo, destellos de luz, problemas del habla o parálisis. Un aura suele durar de 15 minutos a un máximo de 1 hora, después de la cual comienza la migraña.

El inicio de la sintomatología ocurre más frecuentemente durante la pubertad o en los adultos jóvenes, y a lo largo de los años subsiguientes se producen altibajos en su frecuencia y su gravedad con un descenso habitual alrededor de los 50 años.

Según el número de días de migraña en un mes, el trastorno se clasifica en migraña episódica (<15 días/mes de síntomas), o migraña crónica (≥15 días/mes de síntomas). Aun así, a menudo una migraña episódica se convierte en crónica.

El diagnóstico es clínico y el tratamiento incluye fármacos (beta-bloqueantes, anticonvulsivos, antieméticos, analgésicos, alcaloides y anticuerpos monoclonales, entre ellos) y cambios en la alimentación y en el estilo de vida.

 

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¿Qué desencadena la migraña?

Según apuntan estudios con gemelos monocigóticos,  la migraña sería causada por factores genéticos en un 30-60% de los casos, mientras que en el resto de los casos debería atribuirse a factores ambientales.

Los factores hereditarios incluyen mutaciones genéticas (entre ellas anomalías en el gen MTHFR) y anormalidades en el ADN mitocondrial que provocan alteraciones en el metabolismo mitocondrial.

Entre los factores ambientales se han identificado muchos desencadenantes potenciales o predisponentes de la migraña, que incluyen:

  • Estrés
  • Déficit o privación de sueño
  • El exceso de estímulos aferentes (p. ej., los destellos luminosos, los olores intensos)
  • Los cambios de clima
  • La dieta: una alimentación proinflamatoria, la ingesta de específicos alimentos (por ejemplo, el consumo de vino tinto) o la deficiencias de nutrientes (riboflavina, vitamina D, ácido fólico, coenzima Q10, magnesio) también parecen contribuir. Aun así, los alimentos desencadenantes varían de una persona a otra
  • Cambios hormonales (como durante la menstruación, embarazo, menopausia) (¿Por qué afecta a las mujeres?)

 ¿Por qué duele tanto?

Al origen de la migraña existen diferentes mecanismos fisiopatológicos. El dolor neurovascular se manifiesta por una alteración del procesamiento neuronal central que causa una inflamación neurológica dolorosa.

Un episodio de migraña puede comenzar con la hiperactivación de las neuronas del córtex cerebral, fenómeno que se define como depresión de propagación cortical (cortical spreading depression o CSD). Dicha estimulación nerviosa excesiva parece ser causada por una concentración extracelular excesiva de glutamato y la principal causa del aura en las migrañas. Debido a que el aura no precede a la migraña en todas las personas, aún queda por descubrir si la CSD es una causa universal de la migraña o solo un desencadenante entre otros.

Además de la hiper-excitabilidad de las neuronas corticales y la depresión de propagación cortical también se observan hiperactivación de los núcleos del tronco encefálico y la afectación del sistema trigeminovascular, sobre todo del nervio trigémino.

El nervio trigémino, nervio que proporciona la percepción sensorial y el control del rostro, tiene un papel importante en el desarrollo de las migrañas.

La activación excesiva del sistema trigeminovascular (en el que la CSD puede desempeñar un papel) conduce, entre otras cosas, a la liberación de neuropéptidos vasoactivos y la desgranulación de los mastocitos y de las plaquetas.

Una de los neuropéptido vasoactivos más importantes en la sensación de dolor es el CGRP (péptido relacionado con el gen de calcitonina) que va a estimular las terminaciones nerviosas receptoras y perceptoras del dolor (nociceptores).

Las citoquinas proinflamatorias, incluida la histamina, que se liberan durante la desgranulación de los mastocitos causan también inflamación neurológica y dolor.

El dolor de los ataques de migraña provienen de la liberación másiva de neuropéptidos vasoactivos y de la liberación de histamina por desgranulación de los mastocitos, que causa una inflamación neurológica dolorosa.

Durante un ataque de migraña, también aumentan drásticamente las concentraciones de la serotonina, un neurotransmisor que se libera masivamente de las plaquetas. Este otro acontecimiento da como resultado la vasoconstricción de las arterias y las arteriolas y más dolor resultante.

¿Por qué afecta a las mujeres?

La fluctuación de las concentraciones de los estrógenos es un potente detonante de la migraña. En muchas mujeres, de hecho, los episodios de migraña empezaron junto con la menarca, los ataques más intensos se presentan durante las menstruaciones (migraña menstrual) y el trastorno empeora con la peri-menopausia.

Por la misma razón la intensidad de los ataques varia durante el embarazo (generalmente se atenúa y solo a veces empeora durante los primeros dos trimestre) y empeora después del parto, cuando los niveles de estrógeno disminuyen con rapidez.

Los anticonceptivos orales y otros tratamientos hormonales en ocasiones disparan o empeoran la migraña.

 

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